Ciudad de puestas de sol maravillosas, la hermosa São João da Boa Vista, fundada el 21 de junio del 1821 por Antonio Machado de Oliveira y sus cuñados, procedentes de la ciudad de Itajubá, en el Estado de Minas Gerais, llegando a la región en la víspera del día que marcó el culto de San Juan Bautista, lo que dio su nombre a la ciudad. Sin embargo, debido a que la ciudad se ha iniciado en las tierras de la granja de Boa Vista, propiedad del Padre João Ramalho, acabó por recibir el complemento “Buena Vista”.
El 24 de abril del anõ de 1880, San Juan recibió la emancipación política y fue elevado a municipio. Dentro de su extenso territorio surgieron las ciudades de Aguaí, Vargem Grande do Sul y, por supuesto, Aguas da Prata, cuna del Camino de la Fe.
La razón de los “crepúsculos maravillosos” como se le conoce, son las montañas alrededor, que dan al horizonte su característica belleza
(datos obtenidos de la “Guía Camino de la Fe” para ciclistas y peatones).