Fue al lado de la iglesia, justo cerca de donde pasa el Camino de la Fe, el lugar que el joven Francesco Matarazzo escogió para construir un hermoso palacio de donde dirigía sus 365 empresas.
Desde Santa Rosa de Viterbo, la Asociación de Amigos del Camino de la Fe tenía ante sí un desafío para continuar el camino.
Cuarenta kilómetros hasta Tambau, una distancia poco práctica para la mayoría de los excursionistas emprender a la vez. La solución llegó con la elección de la granja de la familia Castor Sobreira, donde el peregrino, en una típica casa de campo, va a senirse contagiado con la sonrisa de Rodrigo y la hospitalidad de la señora María José
(Datos obtenidos a partir de la “Guía de Camino de la Fe “para ciclistas y peatones).